sábado, 22 de enero de 2011

Todos y todas

Hoy quiero comentar un párrafo que me encontré un día en un Decreto de la Junta de Extremadura y que me parece que no tiene desperdicio. El Decreto en cuestión es el número 75/2010, por el que “se crea la Sede Electrónica Corporativa, se regulan determinados aspectos relativos a la identificación y autenticación electrónica y se establecen medidas para la copia electrónica de documentos en la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura” (http://doe.juntaex.es/pdfs/doe/2010/570O/10040081.pdf). Mi intención no es criticar el que el Decreto contenga el párrafo, si no la situación surrealista que vivimos que obliga a incluir aclaraciones de esa naturaleza. Lo transcribo tal cual:

“Finalmente, en los casos en que en el texto del Decreto se utilizan sustantivos de género gramatical masculino aplicado para referirse a diversos posibles sujetos, personas, cargos o puestos de trabajo, debe entenderse que se emplea para designar a individuos de ambos sexos y que se refiere de forma genérica a las dos opciones, englobando los supuestos en los que sus ocupantes sean hombres o mujeres, con estricta igualdad en cuanto a sus efectos jurídicos y sin que dicho uso comporte intención discriminatoria alguna. Esta opción lingüística tiene como única finalidad facilitar la lectura de la norma y lograr una mayor economía en la expresión.”.

Como digo, no critico al legislador, pues el pobre se disculpa de usar el español como siempre se ha hecho, no por ofender a nadie, no, por dios, no, si no simplemente para que se entienda el contenido esencial del Decreto que es lo que realmente importa. Yo creo que ni la genial imaginación de Valle – Inclán hubiera imaginado un esperpento semejante.

Y es que yo lo leo una y otra vez y me parece surrealista que haya que añadir ese párrafo para que cuando digan “los funcionarios de la Junta de Extremadura”, las mujeres nos tengamos que sentir aludidas y en ningún caso vejadas por ello. Vamos, que nos vuelve a explicar, al igual que lo harían nuestros profesores en su momento en el colegio, que el género masculino se utiliza también para designar de forma global a una colectividad. ¿Genial invento, eh? ¡Qué listos eran los antiguos! Así se hacen los textos más comprensibles, si por algo era.

Yo como mujer defiendo la lucha feminista, pero en determinados aspectos no estoy de acuerdo para nada, y mucho menos cuando se dedican esfuerzos a la tontería dejando de lado cuestiones más importantes. Además, cuando uno se mete en el berenjenal de los “todos y todas”, puede que al final no encuentre una salida clara, pues siempre se puede encontrar objeciones a algo. En este sentido, cuando yo recibía cartas del sindicato al que estaba afiliada, me divertía imaginando pegas a su solemne encabezado:

            “Estimado compañero:
              Estimada compañera:”

Claro, siempre puede salir una voz que diga: “¿Y por qué primero el compañero? ¿Es más importante que la compañera?”. Pero también puede salirnos el tiro por la culata si tomamos la opción de poner primero a la compañera: “Pero, ¿qué es esto? Las mujeres primero, ¿no? ¿A quién se le ha ocurrido esta idea machista y decimonónica?”. La única solución que se me ocurre es que el sindicato aclare, al igual que el legislador autonómico, que su opción lingüística a la hora de decidir si primero el compañero o la compañera se debió a que lo echó a pito, pito, gorgorito, y que en ningún momento se pretendió con ello hacer de menos a nadie.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Yo, por tontería, si estamos más femeninas que másculinos, pluralizo en femenino, y viceversa. El problema, y por el cual ya he recibido quejas de grupos gilipollas, es cuando hay empate.

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  2. Cierto es todo lo que dices.
    Pero también es cierto que hay muchas personas luchando por la igualdad de sexos.
    Esta lucha se hace por diferentes frentes.
    Y el frente de la palabra es uno de ellos.
    A mi parecer es importante.
    Por supuesto sin llegar al "miembros y miembras".
    No me gusta que siempre hagan alusión a los dos, como sucede en el ejemplo que has puesto "compañeros y compañeras". Tiene buena intención, pero es un rollo.
    Lo de usar la @ no es mala idea.
    Y si no, para dirigirte a los funcionarios, por ejemplo, se puede decir "el personal funcionario".
    Lo dicho, entiendo que tiene una intención la forma de dirigirse a las personas.
    La culpa de todo esto, por supuesto, la tiene el sexo masculino.
    De hecho, creo que si a un hombre lo convirtieran en mujer momentaneamente, no aguantaría ni una hora en esa situación. Y ahí se daría cuenta de lo que hace.
    BssVss

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