sábado, 22 de enero de 2011

Jane Austen

Podría decir que ella es mi escritora favorita, y es con la única creadora con la que me ha sucedido que cuando terminé de leer toda su obra, o al menos la que estaba a mi alcance, sentí una profunda pena de que hubiese muerto y no me dejara nada más con qué deleitarme. Era impotencia, rabia, no sé... un sentimiento inexplicable. Murió joven y vivió como la gente corriente, pero tenía una inteligencia y un talento superior que afortunadamente nos dejó plasmado en sus novelas.

Su obra es bastante conocida ya que casi todas sus novelas han sido llevadas al cine. A mi me han decepcionado todas estas películas, pero este también es un sentimiento corriente para aquel que primero ha leído un libro y luego ve lo que otro ha plasmado. Pero a pesar de que su obra sea conocida, de sus libros se ha dado una imagen totalmente equivocada: ella no escribía novela romántica, si no todo lo contrario. De hecho, en sus obras criticaba ese tipo de literatura, ironizando sobre ellas. Sus heroínas son mujeres fuertes, seguras de sí mismas, que jamás serían víctimas de un desmayo ni cederían a un matrimonio de conveniencia (ambas cosas muy habituales en la época). Supongo que es por esto por lo que las películas no me han gustado. Se han dejado en el tintero lo más importante, la psicología de los personajes, con lo cual uno se pierde mucho de lo que Jane Austen nos está contando en realidad.

En este artículo yo quería compartir un fragmento de una de sus obras de su juventud, de las cuales disponemos de una selección en español llamada “Amor y amistad” y publicada por la editorial Alba (editorial muy recomendable por su maravillosas ediciones, sobre todo de escritores clásicos). Estas obras están llenas de humor absurdo e inteligente que cautiva desde el primer momento. En ellas Jane Austen muestra de forma abierta y sin disimulo esas críticas sociales y de lo romántico que luego se mostrarían en sus novelas de forma más refinada y sutil, en un estilo similar al que luego podemos encontrar en las obras de Enrique Jardiel Poncela (“Amor se escribe sin h”, impresionante obra para todo aquel a quien le guste leer humor inteligente), o en los artículos de Arturo Pérez-Reverte. Ejemplos muy dispares, pero incluso se me ocurre que puedo incluir otros dos del medio televisivo: “Muchachada-Nui” y “Bob Esponja” (soy la chica Clan, ¿qué le voy a hacer?).

Todos ellos tienen en común el parodiar la realidad distorsionándola hasta el absurdo, para hacer la crítica más feroz y a la vez la más cómica. Porque al fin y al cabo las cosas son como son, y hay que afrontarlo, pero si además nos reímos un rato a costa de ello, pues mejor.

A continuación transcribo el fragmento que quiero compartir; me ha costado elegir dónde empezar y terminar, pues la obra completa no tiene desperdicio. La obra se titula “Una colección de cartas”, y es una burla descarada a la actitud de las mujeres en las novelas de la época y a las historias de enredo (lo que hoy serían las telenovelas). En la carta, una dama relata la historia de su vida que otra le ha contado. Subrayo la frase que más me gusta, es el colmo del absurdo y del sinsentido. Brillante.

“- Porque, mi querida Sophia, me casé sin el consentimiento ni el conocimiento de mi padre, el difunto Admirante Annesley. Era por tanto necesario guardar este secreto ante él y ante todo el mundo, hasta que surgiera alguna oportunidad afortunada para revelarlo. Aquella oportunidad, ¡ay!, llegó demasiado pronto y fue la muerte de mi querido Capitán Dashwood. Y perdone estas lágrimas – continuó la Señorita Jane, secándose el llanto -, que brotan por el recuerdo de mi marido, quien, mi querida Sophia, cayó en América peleando por su país, después de una unión felicísima que duró siete años. Mis hijos, dos niños y una niña encantadores, que siempre habían vivido con mi padre y conmigo, pasando ante los ojos de éste y de todo el mundo como los hijos de un hermano (¡aunque yo había sido hija única!), habían sido hasta entonces el consuelo de mi vida.”

1 comentario:

  1. Con la de veces que lo recomiendas y jamás he leido nada de esta señora. No así Amor se escribe sin hache, que me la sé de memoria. Bueno, mi próxima lectura será algo de ella. En mi favor decir que, como no he leido las novelas, me encantan las películas.

    ResponderEliminar